Las empresas crecen o decrecen, muchas veces no porque su modelo sea el más exitoso, sino porque el flujo de caja les permite o no aprovechar las oportunidades.
La estructura financiera de una empresa es una fórmula que depende de factores como: los plazos de pago de compras, el periodo de facturación y cobranza, la forma de pagar inversiones, el punto de equilibrio de los gastos, la estructura de retiros, los pagos a bancos y sobre todo la planilla de sueldos, lograr equilibrar esta ecuación es el “arte” de una gestión financiera eficaz que sustentada en una correcta contabilidad permite anticiparse a la toma de decisiones.