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Claves del blindaje Financiero

Hay situaciones que pueden desembocar en un rápido deterioro financiero de una empresa hasta el punto de ser causal de quiebra.

Un problema bastante habitual -podría decirse que es casi un mal endémico en nuestro país- es que la gran mayoría de las Pymes financian proyectos de largo plazo con líneas o créditos de corto plazo. Esto las hace vulnerables, sobre todo cuando se producen crisis económicas y escasez de liquidez. Basta, por ejemplo, que el banco no les renueve la línea por un cambio de política de riesgo para propinarles un duro golpe, ya que deben empezar a pagar una deuda que no estaba incorporada previamente en el flujo de caja. El blindaje en este tipo de situaciones implica, por ende, tomar los créditos de corto plazo y conseguir una estructura de largo plazo que acompañe la madurez de las unidades de negocio. 

Este fue el camino que le recomendamos a nuestros clientes apenas surgieron los primeros síntomas de la crisis subprime y la actuals. Les advertimos que las compañías debían prepararse para un período de «vacas flacas». Pero hubo empresas que optaron por no seguir nuestra asesoría asumiendo que estábamos exagerando y sencillamente hoy no están en el mercado. No lograron soportar su carga financiera, pues su cadena de pago se interrumpió bruscamente, los bancos les perdieron la paciencia y debieron liquidar sus activos y patrimonios personales para pagar los compromisos. 

Otra situación frecuente es el desequilibrio por «sobre exposición» en términos de garantías reales entregadas para obtener créditos, lo que contrariamente a lo que se podría pensar, representa una condición desventajosa a la hora de enfrentar una crisis. Y es que a los bancos no les interesa captar propiedades, su negocio no es inmobiliario; su foco está en el flujo de caja, es decir, en la capacidad de generación que tenga la empresa. 

Por lo tanto, si una compañía está desequilibrada en su relación «crédito v/s garantía» y se ve afectado gravemente en su cadena de pago, la institución prestadora analizará la situación, después de un tiempo lo pasará a normalización y luego ocupará las garantías a «valor de liquidación» para saldar las deudas, lo que obviamente fractura el patrimonio de los empresarios. 

Existe la equívoca idea de que por estar con todo el patrimonio en una entidad financiera se recibirá un trato especial, pero lo normal es que la presión será más intensa. Porque desde la perspectiva del banco y sus analistas de riesgo, al no haber generación de ingresos, la reacción lógica es cubrirse a la brevedad de potenciales pérdidas frente a otros posibles acreedores. 

Otra de las razones por las cuales normalmente las Pymes tocan fondo es porque «ponen todos los huevos en la misma canasta». Al concentrar sus ventas en unos pocos clientes -hay ocasiones en que la relación con uno de ellos representa más del 50% de sus ingresos- quedan expuestos a los designios y cambios de políticas comerciales del principal comprador. En nuestra experiencia hemos visto cómo muchas empresas se ven realmente complicadas cuando el cliente más importante, de pronto les exige nuevos estándares en la fabricación de sus productos, que obligatoriamente pasan por invertir en nueva tecnología. Pero, cuando esa Pyme vive con lo justo, recurriendo al factoring para pagar los impuestos o endeudándose para pagar los sueldos, claramente tampoco tiene margen de maniobra para seguir operando. No tiene blindaje, no sólo financiero, sino tampoco de administración y gestión comercial. 

Hay que recordar en todo momento que la primera base de análisis del crédito es contar con un flujo de caja fuertemente respaldado. No obstante, suele ocurrir que las «mipymes» no funcionan con este concepto. Viven el día a día (confiando en que en «el camino se arregla la carga») utilizando los recursos de las ventas como si fueran utilidades del negocio, en circunstancias que ese dinero lo requieren para pagar compromisos y disponer de capital de trabajo. 

La estructura de pasivos de una compañía es la que determina una mayor o menor duración a un negocio. Cuando hablamos de «blindaje» nos referimos a una estructura de disponibilidad de líneas de financiamiento en plazo, garantías y condiciones apropiadas para abordar los desafíos de crecimiento de los planes de negocio y, por cierto, los momentos complejos. La correcta ecuación 

de financiamiento entre proveedores, capital propio y crédito bancario es la base del soporte técnico que requiere la gestión comercial y el fortalecimiento de las compañías en el largo plazo. 

La globalización obliga a las Pymes a tener una conducta financiera más estable y previsora, ya que no pueden mantenerse al margen de los vaivenes de la economía. Antes de una nueva crisis hay que poner atención a los síntomas de la falta de blindaje. Tener a mano el paraguas por si llueve.